En Mateo 7:1, leemos: "No juzguéis, para que no seáis juzgados"; son palabras de Jesús, pero ¿a quién se las dijo? ¿Será que si yo no juzgo a nadie, Dios jamás me juzgará a mí? La palabra enseña que todos seremos juzgados en el tribunal de Jesús; juzguemos o no. Aprendamos por la Palabra lo que Jesús enseñó con esto.
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